Mons. Reinaldo Nann

sábado, 11 de febrero de 2012

“El mundo de los enfermos es una auténtica escuela de vida”


11-02-2012 Radio Vaticana

(RV).- Este 11 de febrero se celebra a nivel diocesano la XX Jornada Mundial del enfermo. Para esta ocasión el Santo Padre Benedicto XVI escribió un mensaje, firmado el 20 de noviembre del año pasado en la Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo y titulado “¡Levántate, vete; tu fe te ha salvado!” (Lc 17,19).

Tal como recuerda el Arzobispo Zygmunt Zimowski, Presidente del Consejo Pontificio para los agentes sanitarios, en un artículo publicado en el periódico vaticano “L’Osservatore Romano” y titulado “el sufrimiento como bautismo cotidiano”, se trata de una Jornada instituida en 1992 por el Beato Juan Pablo II.

El Prelado destaca que en el mensaje de este año, Benedicto XVI evidencia el papel fundamental de la fe y de los sacramentos de curación para las personas que sufren, que están enfermas y para los que las atiendes, desde los familiares hasta los agentes sanitarios y los voluntarios.

Y añade que desde los primeros siglos de la era cristiana la atención de los enfermos ha tenido un lugar de relieve en la vida apostólica de la Iglesia. De hecho, los mismos hospitales nacieron por iniciativa religiosa. En efecto, según los datos que posee el Consejo Pontificio para la Pastoral Sanitaria, son más de ciento veinte mil en el mundo las instituciones sanitarias y socio-asistenciales fundadas y administradas por realidades eclesiales. Hoy por hoy –afirma el Presidente de este dicasterio– la pastoral sanitaria parece haber adquirido una renovada amplitud de perspectiva”, porque “de ejercicio de caridad junto al lecho del enfermo, ha ampliado sus horizontes a los problemas de la ética médica, a los relacionados con el ambiente, la calidad de la vida y la organización del servicio sanitario”.

“Todo esto –escribe el Arzobispo Zimowski– porque la Iglesia cree en el valor sagrado de todo ser humano, que no es un número ni un objeto, sino una persona que debe ser tratada como tal”. A la vez que añade: “Puesto que el hombre es el camino de la Iglesia, es a través de esta atención por el hombre que pasa, obligatoriamente, también la nueva evangelización”. Lo cual, prosigue, no disminuye la responsabilidad de la comunidad civil; sino al contrario, la solicita y la exalta.

También destaca que la formación de quienes están llamados a trabajar en el ámbito de la salud se coloca, sin lugar a dudas, entre las preocupaciones primarias de la sociedad contemporánea, tan atenta –si bien no siempre de manera positiva y correcta– a la calidad de la vida”.


Tras hacer una serie de consideraciones, acerca del actual horizonte cultural al que le cuesta comprender de modo adecuado “la cuestión sacramental”, que ha sido relegada a “papel marginal”, e incluso totalmente ignorada; o al hecho de que muchos se dejan atraer por filosofías y prácticas orientales, o incluso a las formas de religiosidad como la “Nueva Era”, o de las llamadas “medicinas alternativas”, el Arzobispo Zimowski escribe que con frecuencia “el mundo de los enfermos es una auténtica escuela de vida, una práctica que desarrolla de modo insuperable la capacidad de discernimiento frente a las cuestiones fundamentales de la existencia. Porque el enfermo, “también sacude la sensibilidad más entumecida y llama a los valores más sencillos y profundos, que en situación de buena salud suelen ser relegados, paradójicamente, en segundo plano”. “La cabecera del enfermo –concluye el Prelado– es cátedra de espiritualidad y de fe”.

Y con ocasión de esta nueva Jornada Mundial del Enfermo, que celebraremos hoy en la memoria de la Bienaventurada Virgen de Lourdes, el Papa renueva su cercanía espiritual a todos los enfermos que están hospitalizados o son atendidos por las familias, y expresa a cada uno de ellos la solicitud y el afecto de toda la Iglesia. Porque como escribe Benedicto XVI en su mensaje “en la acogida generosa y afectuosa de cada vida humana, sobre todo la débil y enferma, el cristiano expresa un aspecto importante de su testimonio evangélico siguiendo el ejemplo de Cristo, que se ha inclinado ante los sufrimientos materiales y espirituales del hombre para curarlos”.

En su Mensaje el Santo Padre recuerda que este año constituye la preparación más inmediata para la solemne Jornada Mundial del Enfermo, que se celebrará en Alemania el 11 de febrero de 2013, y que se centrará en la emblemática figura evangélica del samaritano. Y pone su atención en los llamados sacramentos de curación”, es decir, en el sacramento de la penitencia y de la reconciliación, y en el de la unción de los enfermos, que culminan de manera natural en la comunión eucarística.

Por otra parte, el Papa explica que el tema de su Mensaje para esta XX Jornada Mundial del Enfermo, “¡Levántate, vete; tu fe te ha salvado!”, se refiere también al próximo “Año de la fe”, que comenzará el 11 de octubre de 2012, ocasión propicia y preciosa para redescubrir la fuerza y la belleza de la fe, para profundizar sus contenidos y para testimoniarla en la vida de cada día. Por esta razón, Su Santidad anima a los enfermos y a los que sufren “a encontrar siempre en la fe un ancla segura, alimentada por la escucha de la palabra de Dios, la oración personal y los sacramentos”, a la vez que invita a los pastores a facilitar a los enfermos su celebración.

Y concluye invitándonos a dirigir nuestra mirada confiada y nuestra oración a María, Madre de Misericordia y Salud de los Enfermos, a fin de que “su materna compasión, vivida junto al Hijo agonizante en la Cruz, acompañe y sostenga la fe y la esperanza de cada persona enferma y que sufre en el camino de curación de las heridas del cuerpo y del espíritu”.

Y a propósito de la memoria litúrgica de la Virgen de Lourdes que hoy celebramos, recordemos lo que el Papa dijo a la hora del ángelus del domingo pasado:

¡“Con todos y todas los que se enfrentan a la enfermedad, pidamos al Señor que nos dé la gracia de la entrega y de la paciente confianza! ¡Con la ayuda de Nuestra Señora de Lourdes y de Santa Bernardette podemos descubrir que la verdadera felicidad sólo existe en Dios!

(María Fernanda Bernasconi – RV).

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