Pekín (Agencia Fides) - Como todos los años, los católicos de China continental están viviendo en la víspera del Año Nuevo Chino, que este año cae el 23 de enero, en gran parte a través de actos de la caridad cristiana para que todos puedan sentir el amor de Dios, especialmente los más vulnerables y marginados, y aquellos que han donado sus hijos al Señor. Según informa Faith de He Bei, todas las parroquias y grupos de laicos se han movilizado para llevar el amor de Dios a los hermanos. Las parroquias han publicado ya los horarios de las misas de fin de año.
Por ejemplo, la parroquia de Xi Feng de la diócesis de Tai Yuan, llevó su agradecimiento a las familias de los sacerdotes y religiosos por su dedicación a la vocación. Según el pastor, "es también una manera de fomentar las vocaciones. Dejar claro a los jóvenes y a sus familias que su elección no dará lugar a dificultades para la vida cotidiana de la familia, pueden estar tranquilos y seguir el camino del Señor". Treinta miembros de la parroquia de Xian Wen de la diócesis de Ji Nan, divididos en varios grupos, han llevado alimentos a familias necesitadas, ancianos solos y a los enfermos.
La parroquia de Hai Bo Wan de Wu Hai, en Mongolia Interior, ha visitado a 80 familias de mineros, discapacitados, creyentes bautizados que se han apartado de la Iglesia... Por otra parte, los sacerdotes llevaron los sacramentos a los ancianos y los enfermos.
El Grupo de la Caridad de la parroquia de Quan Zhou de la diócesis de Xia Men ya han visitado 30 familias para alentar a los católicos a vivir la fiesta tradicional china con la fe cristiana y el espíritu misionero.
En la ciudad de Nan Ning, provincia de Guang Xin, se ha puesto la primera piedra de la nueva estructura católica de 4.000 metros cuadrados de 9 plantas. Según el obispo que presidió la bendición de la primera piedra, "este edificio marca el nuevo ardor misionero y pastoral del nuevo año."
El Año Nuevo chino es una época que une a toda la familia. Según la tradición, los hijos fuera de casa deben hacer todo lo posible para regresar a casa en el Año Nuevo, para unirse a todos los demás miembros de la familia. Muchas parroquias han pensado en las necesidades de los trabajadores inmigrantes de una manera muy tangible, proporcionando el billete de tren, autobús... Para aquellos que no pueden regresar a sus hogares, las parroquias del lugar donde se encuentran serán sus familias y sus casas, donde serán bien recibidos con el calor cristiano para vivir juntos la fiesta.
(NZ) (Agencia Fides 18/01/2012)
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