Mons. Reinaldo Nann

viernes, 29 de julio de 2011

Festividad de Santa Marta

Marta vivía en Betania y era hermana de María y Lázaro. Disfrutó de una amistad especial con Jesucristo ya que lo recibió con frecuencia en su casa de Betania, cerca de Jerusalén. Allí se desvivió por servirle, procurando del mejor modo que sabía hacerle agradable su permanencia. Con sus oraciones pidió la resurrección de su hermano con las siguientes palabras: "Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo, que has venido al mundo".

Texto del Evangelio (Lc 10,38-42): En aquel tiempo, Jesús entró en un pueblo; y una mujer, llamada Marta, le recibió en su casa. Tenía ella una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra, mientras Marta estaba atareada en muchos quehaceres. Acercándose, pues, dijo: «Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola en el trabajo? Dile, pues, que me ayude». Le respondió el Señor: «Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola. María ha elegido la parte buena, que no le será quitada»

Saber priorizar, y discernir adecuadamente en el amor a Cristo, es tarea principal de todo cristiano. Pedirle a Dios Nuestro Señor, con fe renovada, siempre tiene respuesta. Aunque Dios concede, cuando realmente nos conviene, no exclusivamente cuando deseamos. Repitiendo estos hábitos, se generan virtudes, y caminamos en la correcta dirección hacia Él.

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