Mons. Reinaldo Nann

sábado, 2 de julio de 2011

Alabanzas a la Sangre de Cristo


Jesús, autor de nuestra salvación.
¡Bendita es tú Sangre Preciosa!

Jesús, que diste tu Sangre en precio de nuestro rescate.
¡Bendita es tú Sangre preciosa!

Jesús, cuya Sangre nos reconcilia con Dios.
¡Bendita es tú Sangre Preciosa!

Jesús, que con tu Sangre nos purificas a todo.
¡Bendita es tú Sangre Preciosa!

Jesús, que con tu Sangre limpias culpas.
¡Bendita es tú Sangre Preciosa!

Jesús, por cuya Sangre tenemos acceso a Dios.
¡Bendita es tú Sangre Preciosa!

Jesús, que nos das tú Espíritu cuando bebemos tú Sangre.
¡Bendita es tú Sangre Preciosa!

Jesús, con cuya Sangre pregustamos las delicias del cielo.
¡Bendita es tú Sangre Preciosa!

Jesús, que con tú Sangre fortaleces nuestra debilidad.
¡Bendita es tú Sangre Preciosa!

Jesús, que nos das tú Sangre en la Eucaristía.
¡Bendita es tú Sangre Preciosa!

Jesús, cuya Sangre es prenda del banquete eterno.
¡Bendita es tú Sangre Preciosa!

Jesús, que nos vistes con tú Sangre como traje del Reino.
¡Bendita es tú Sangre Preciosa!

Jesús, cuya Sangre proclama nuestro valor ante Dios.
¡Bendita es tú Sangre Preciosa!

Oración:
Jesús, Salvador nuestro, presenta al Padre Tú Sangre que, en virtud de Espíritu Santo, derramaste por nuestro amor. Purificados de nuestros pecados en el baño de esa sangre sagrada, esperamos alcanzar por ella la gracia de las gracias: nuestra salvación eterna.

Así sea.

Autor: Padre Pedro García, Claretiano.

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