de vaticanes | 29/06/2011 |
En la solemnidad de los santos apóstoles Pedro y Pablo, Benedicto XVI ofreció una página de recuerdos propios, impregnados de alegría y gratitud. En el 60 aniversario de su ordenación sacerdotal y durante la misa en la basílica vaticana el Papa regresó con la memoria a 1951, cuando entabló una amistad con el Señor. "Nunca más siervos, sino amigos", dijo el Pontífice refiriéndose a esta parábola donde se concentra "el programa completo de una vida sacerdotal". Sobre estos raíles se ha deslizado la existencia de Joseph Ratzinger, impregnada del amor del Hijo de Dios, que "ha descendido hasta el fondo oscuro de nuestro pecado", y entretejida con la amistad con Cristo, una relación que no es solo conocimiento…
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