martes, 1 de marzo de 2016

La "Parábola del siervo despiadado" (el perdón sólo es efectivo en quien sabe perdonar)

Hoy, con la perspectiva del "gran perdón" de Dios que Jesús implora y alcanza desde la Cruz, entendemos que la ofensa sólo se supera mediante el perdón, y que el perdón sólo puede ser efectivo en quien, a su vez, perdona (así lo manifestamos al rezar "Padrenuestro"). El tema del "perdón" aparece continuamente en todo el Evangelio.

Dios, llevando la iniciativa, ha venido a nuestro encuentro para reconciliarnos con Él; por el perdón ha pagado el precio de descender a las miserias de la existencia humana y a la muerte de Cruz. Como contrapunto, tenemos la "Parábola del siervo despiadado": a éste le había sido perdonada la increíble deuda de diez mil talentos, pero luego no estuvo dispuesto a perdonar la deuda —ridícula en comparación— de cien denarios que le debían. ¡Cualquier cosa que debamos perdonarnos mutuamente es siempre poco comparado con la bondad de Dios que perdona a todos!

—Señor, ayúdame a recordar frecuentemente tu petición desde la Cruz: "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen".

Comentario: REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos de Benedicto XVI) (Città del Vaticano, Vaticano).

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